sábado, 5 de marzo de 2011

Combatir la Infelicidad Clase 8

“Yo vivía como, estoy seguro, viven muchos de ustedes, los jóvenes, una gran indecisión, cuál va a ser mi porvenir; a qué voy a dedicar mi vida. Lo que a mí me gustaba era algo que no parecía tener ningún asiento social, no ser una profesión, no ser un quehacer alimenticio, no ser algo que tuviera un reconocimiento y una aceptación en la sociedad: la vocación de escritor (...) A mí lo que me gustaba era la literatura, lo que yo hubiera querido ser era escribir, pero escribir no era posible si se le entendía como una actividad exclusiva, entonces, un día decía ‘voy a ser abogado’ (…) otro día decía ‘periodismo’, porque está cerca de escribir (...) Nunca tuve facilidad para escribir, desde muy joven descubrí que escribir me costaba un enorme esfuerzo, que tenía que invertir una enorme disciplina, tenía que rehacer, que reescribir, releer con espíritu muy crítico lo que hacía, porque lo que hacía lo veía muy malo (...) El objetivo fundamental en la vida no puede ser exclusivamente el éxito en términos económicos o de poder, el verdadero éxito en una sociedad es haber reducido al máximo la infelicidad humana (...) La primera y más importante función de la enseñanza es ayudar a los niños y jóvenes a descubrir su vocación y de convencerlos de que si esa es su vocación deben entregarse a ella porque es la mejor manera de defenderse contra la futura infelicidad, esa infelicidad que forma parte de la condición humana...”



Parte de un discurso del magnifico escritor Mario Vargas Losa.

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